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jueves, 1 de septiembre de 2016

DIEZ COSAS QUE NO SABÍAS DE LOS MUFFINS


Ni magdalenas ni cupcakes, los muffins son desde hace tiempo una de las piezas de bollería más trendy, cuyos parecidos empiezan y terminan en el papel que los recubre y a veces, ni siquiera eso. Las diferencias no sólo están en el tamaño, el sabor, la preparación o la forma, van mucho más allá… ¿Pero sabes distinguirlos?




Moncho López, alma máter de Levadura Madre, los prepara artesanalmente en su obrador y nos cuenta algunos de los secretos que encierran y que tal vez desconocías.


Los muffins tienen una larga historia a sus espaldas. Ya las primeras recetas escritas datan del siglo XIX y provienen de la Costa Este norteamericana, desde donde se extendió su fama rápidamente hasta convertirse en uno de los dulces más populares de Estados Unidos.


Se calcula que los americanos gastan en muffins más de mil millones de dólares al año y su consumo está tan extendido que incluso tienen un día nacional, el 20 de febrero, y tres estados han elegido ya su propio muffin oficial.




¿Por qué nos gustan tanto?

La masa que sirve de base a los muffins es muy versátil, con un sabor bastante neutro y una textura suave que combina bien con casi cualquier sabor, ya sea dulce o salado, muy cómodos para comer fuera de casa ya que tienen el tamaño perfecto para compartir y sobre todo están buenísimos.


Con todo lo dicho, se puede deducir que el muffin poco tiene que ver con las tradicionales magdalenas, pero por si nos queda alguna duda, aquí van las diez diferencias que Moncho López de las panaderías artesanas Levadura Madre, nos señala como las más destacadas:


1. Quizás lo más evidente sea el peso. Una magdalena tiene un peso de entre 75 y 90 gramos, mientras que un muffin está entre los 160 y los 185.


2. La magdalena no tiene sabores, sabe a magdalena, mientras que el muffin sí admite una gran variedad de ingredientes. Nosotros en Levadura Madre por ejemplo, los preparamos de triple chocolate, de manzana, y nuez, de semillas y mermelada de frutas del bosque y de limón con semillas de amapola.


3. Los muffins se adornan a diferencia de las magdalenas, que sólo en ocasiones llevan azúcar.


4. Las magdalenas son siempre dulces, los muffins pueden también ser salados.


5. Las magdalenas no tienen relleno, en los muffins puede inyectarse todo tipo de cremas, mermeladas, etc.


6. El muffin no tiene copete y la magdalena sí. Esto se debe a que la magdalena se hornea con una temperatura de techo alta, lo que provoca una costra durita que se rompe y da su típica forma. El muffin se hornea con una temperatura más baja, por lo que no rompe y su forma final es más redondeada.


7. Las magdalenas tradicionales se preparan con aceite de girasol o de oliva, los muffins sin embargo tienen una masa más pesada que se hace con mantequilla.


8. La masa de las magdalenas es más esponjosa, porque se hacen con el huevo muy batido.


9. La magdalena es seca mientras que el muffin tiene una cierta carga de humedad. Los tiempos de horneado son fundamentales en este bollo, porque si nos pasamos pierde ese punto húmedo tan característico y si nos quedamos cortos evidentemente, estará crudo.


10. El último punto tiene que ver con el público que consume cada producto. Las magdalenas las compra un público más tradicional, normalmente para desayunar, mientras que los muffins los pide gente joven, suelen compartirlo y lo toman a cualquier hora: desayuno, media mañana, merienda…



Panaderías de Levadura Madre

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Obrador:

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