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jueves, 8 de octubre de 2015

LA REMOLACHA


Desde el punto de vista dietético, la remolacha roja tiene muchas propiedades beneficiosas para el organismo: por su contenido en flavonoides constituye un potente anticancerígeno, también contiene folatos, que previenen las enfermedades del corazón.


La remolacha ofrece cantidades importantes de vitaminas A, del complejo vitamínico B y C; además, este alimento posee minerales tales como: magnesio, hierro y fósforo.


Es un alimento muy recomendado para aquellas personas que sufran de retención de líquidos, y tiene una alta capacidad depurativa del organismo.


Estimula el cerebro y elimina las toxinas que en él se puedan acumular por lo que ayuda a mantener una buena salud mental y prevenir el envejecimiento precoz.


Por su riqueza en hidratos de carbono es un alimento muy energético, aunque fácilmente asimilable.


Por otro lado, dicha hortaliza aporta fibras, solubles e insolubles: las primeras, controlan los niveles de azúcar en sangre y de colesterol; las segundas, resultan de gran ayuda para regular la función intestinal.


La remolacha particularmente es apreciada por su riqueza en azúcares naturales; no obstante, si prefiere consumirla asada, debe tener en cuenta que la misma perderá un porcentaje significativo de tales sustancias.


Por su parte, las hojas verdes comestibles de esta hortaliza son fuente natural de betacaroteno, calcio, hierro y vitamina B9 (ácido fólico).


Los beneficios de consumirla todo el año

Esta hortaliza conserva una especial riqueza en ácido fólico, resulta un defensor natural para la prevención de anemia, defectos de nacimiento del tubo neural (nervioso) y patologías cardíacas.


Ayuda a recuperar la piel y previene el envejecimiento cutáneo.


Por su abundancia en azúcares naturales, la remolacha es un alimento de fácil asimilación.


Este vegetal aporta energía rápida al organismo y es revitalizante y rejuvenecedor cutáneo.


Posee propiedades depurativas de gran valor, ya que, en corto plazo, estimula las funciones hepática, intestinal y renal, agilizando la expulsión de toxinas y desechos.


Estimula el sistema linfático, colaborando con la función depurativa que realiza el sistema inmunológico.









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